Ricardo López Pérez (Santiago, 1951) es académico del Departamento de Educación en Ciencias de las Salud (DECSA), de la Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Hizo sus estudios básicos y secundarios en el Liceo Manuel de Salas. Estudió en la Universidad de Chile, en donde obtuvo una Licenciatura en Filosofía y luego el grado de Doctor en la misma disciplina, con mención en Epistemología de las Ciencias Sociales. Hace más de tres décadas ha desarrollado un interés sostenido por el fenómeno de la creatividad humana, que está expresado en diversas publicaciones, entre las cuales se destacan: La Creatividad (Universitaria, 1999), Prontuario de la Creatividad (Bravo y Allende, 1999), Creatividad con todas sus letras (Universitaria, 2008), Recorridos Creativos. Conceptos, reflexiones, narraciones y críticas (RIL, 2013), y la edición actualizada de su clásico Diccionario de la Creatividad (Catalonia, 2023).
Como el lector ya lo advertirá, en esta entrevista conversamos sobre la creatividad y su más reciente libro: Brevedades Creativas Sobre Creatividad. Seleccionadas, sacadas de contexto y puestas en desorden, que publica bajo el sello editorial de Nass Papier.
Partamos por lo primero, ¿qué te motivó a seleccionar citas, sentencias y máximas que hablan del proceso creativo?
En efecto, puede decirse que hay una especie de inspiración inicial: en la antigua Grecia, siglo VI aC, existió un conjunto de pensadores que luego fueron reconocidos como los Siete Sabios de Grecia. De ellos se conservan un centenar de sentencias breves, equivalentes a consejos sobre cuestiones de la vida práctica. Siempre me pareció estimulante disponer de pequeñas piezas de sabiduría, como las de estos sabios, aplicables a distintas situaciones. Siguiendo este ejemplo comencé pacientemente a juntar mis propias máximas. Después descubrí que lo hicieron el propio Aristóteles, Pedro Abelardo, Erasmo y algunos filósofos ilustrados. Con todo, nunca estuvo en mi intención publicarlas. Fue siempre una seducción privada, llevada tenazmente, y que me permitía tener a la mano alguna frase provocadora en mis clases o en cualquier debate o conversación.
¿Te consideras un coleccionista de sentencias breves y aforismos?
Es preciso admitirlo, sólo un coleccionista puede llegar a tener un listado de más de mil sentencias; listado que no podrá concluir jamás. Siempre habrá un nuevo espécimen, y un coleccionista querrá tenerlo. Así, un coleccionista no llegará a completar su tarea, y se mantendrá alerta todo el tiempo. En el libro publicado por Nass Papier, se incluyen unas ochocientas frases, y todavía quedan muchas otras.
¿Qué debiera hacer un lector/a con tu libro “Brevedades Creativas Sobre Creatividad”? ¿Cómo sacarle el máximo provecho?
Roger Chartier, historiador del libro y la lectura, ha dicho que todo lector es un “cazador furtivo”, y que por definición una buena lectura es rebelde y vagabunda. Si eso es correcto, y así lo creo, cada lector podrá naturalmente descubrir aplicaciones y usos sin demasiado esfuerzo. Personalmente, me parece que un aporte del libro es ofrecer de manera expedita, digamos económica, múltiples visiones sobre la creatividad humana, expresadas en corto espacio. Visiones capaces de abrir nuevos pensamientos sin someter la conciencia de nadie. Remover rigideces, sugerir o simplemente entretener.
Tu producción intelectual sobre la creatividad es numerosa y variada, ¿qué tienen en común todos esos libros y artículos académicos?
Mi interés por el fenómeno de la creatividad tiene varias décadas. Surgió casi por casualidad, sin proponérmelo, en un escenario universitario, de modo que estos trabajos tienen inevitablemente la marca de la academia. Eso significa que se apoyan en numerosa bibliografía y tratan de abordar cada asunto despejando falsedades o simplificaciones excesivas, e intentando recoger todas las perspectivas. Creo que mantienen un enfoque crítico y propositivo, que se apoya en el máximo de información disponible.
¿Se puede hablar de una “tesis sobre la creatividad” según Ricardo López?
Tal vez eso sea exagerado; pero puedo decir que un aporte concreto es haber presentado la creatividad en un enfoque ampliado, de manera interdisciplinaria y compleja. Esto es, eludiendo los reduccionismos tan habituales en nuestra cultura intelectual, especialmente en el mundo de la psicología o la educación. En la medida de mis posibilidades, he acudido a los aportes de la ciencia, la filosofía, las humanidades, la historia, la literatura, el arte, etc. En un plano propositivo, se encuentran en mi Diccionario de la Creatividad distintos conceptos que poseen cierta originalidad, y podría eso considerarse un aporte. En particular, a través de mis textos se hace una propuesta para la estimulación de la creatividad, consistente en afrontar cuatro interrogantes clave: ¿Qué es la creatividad? ¿Cómo se manifiesta la creatividad? ¿Cuál es mi creatividad? ¿Cuál es nuestra creatividad?
¿A quién definirías como el personaje histórico (real o ficticio) más creativo? ¿Por qué?
Los ejemplos de creatividad, reales o ficticios, son interminables. Puedo mencionar varios personajes que representan cumbres de la creatividad, en cada caso por razones diferentes, que sería largo de explicar. En cualquier caso, en estos ejemplos se encuentra creatividad en el pensamiento, el lenguaje, la interacción social, la ciencia, el arte, el desarrollo personal, la invención, y otros aspectos. Entre las mujeres menciono a la poetisa Safo, a Hipatia, a Frida Kalho, Marie Curie, Carla Cordua, Violeta Parra y Gabriela Mistral. En la ficción a Belisa Crepusculario. Entre los hombres nombraría a Platón, Leonardo da Vinci, Gandhi, Albert Einstein, Nietzsche, Picasso, John Lennon y a mi hijo Javier. En la ficción al Barón de Munchausen.
¿Cuál es el camino para enseñar la creatividad? O quizás debamos preguntar: ¿se puede enseñar un recurso que es inagotable?
Las conductas creativas pueden ser enseñadas; formas de pensar, de interactuar o actitudes. Todo proceso de enseñanza-aprendizaje, todo proceso de estudio, tiene sus límites y sus posibilidades; aun cuando nada viene con garantía. Sin embargo, la estimulación y desarrollo de la creatividad es una empresa posible. Por esa razón, he propuesto ampliar el famoso listado de aprendizajes fundamentales propuesto por la Comisión Delors. Ellos dijeron “saber ser, saber convivir, saber conocer y saber hacer”. Personalmente agrego “saber crear”. De acuerdo a las interrogantes que mencionaba en una pregunta anterior, en personas adultas un proceso clave para obtener una modificación de la creatividad es el desarrollo del auto conocimiento.
¿Cuál es el lugar de la creatividad en el mundo digital? ¿Piensas que se potencia o se ve en peligro?
No puedo contestar esa pregunta de manera precisa, pero puedo decir que la creatividad ha existido en todas las comunidades humanas desde que tenemos memoria, si bien ha ido cambiando y ampliándose permanentemente. En todo momento y lugar la creatividad ha estado presente, frecuentemente en un contexto de dificultades, ayudando a dignificar la existencia y ocasionalmente también destruyendo la vida. Por ejemplo, en una mirada larga, hace 200.000 años la invención de las herramientas con mango fue un impacto gigantesco. Luego ese hecho ya no se recuerda, pero fue fundamental. Igual ocurre con el primer vuelo controlado de los hermanos Wright, algo casi nimio comparado con los estándares actuales: una máquina que se eleva unos 20 metros, en un recorrido de 255 metros y por espacio de 59 segundos; pero que impulsó la aviación de un modo inédito. Al final, gracias a la creatividad la vida personal y social ha estado en permanente evolución. El propio mundo digital, mencionado en la pregunta, es producto de la creatividad; y seguirá desarrollándose gracias a la creatividad.
Y haciendo una proyección con tu respuesta anterior, ¿qué piensas de la relación entre la Inteligencia Artificial y el proceso creativo? ¿Estará en crisis este último en los próximos años?
Crisis habrá siempre, y eso es parte inevitable de los procesos creativos y de todo lo que hacemos. La creatividad no debería perder protagonismo, más bien pienso que será al revés. Se estima en la actualidad que la IM representa un cambio tan fundamental, una intromisión tan decisiva, que la misma esencia de lo humano está en peligro. Veámoslo en perspectiva histórica. No es primera vez que la humanidad, con sus esencias supuestas, está desafiada en extremo. Hace más de 40 siglos antes de la era común, surgió la escritura. Con diferencias, por cierto, apareció en Egipto, Mesopotamia, Mesoamérica y China. Un avance de una magnitud inconmensurable, que provocó cambios para los cuales nadie estaba preparado. La filosofía apareció simultáneamente en tres lugares distintos (Grecia, India y China) en el siglo VI aC, generando nuevas prácticas cognitivas, discursivas e interaccionales. ¿Qué ocurrió? Toda la humanidad se modificó gradualmente, y ya ni siquiera recordamos el impacto que eso significó. Más adelante, en el mundo romano se inventó el códice, y luego la imprenta, en el siglo XV. Tecnologías que trastornaron todas las prácticas sociales y alteraron las formas de la racionalidad. Hoy tenemos a la vista la IM, y no sabemos bien qué pasará. Algunos piensan que estamos al borde de un abismo, pero no es primera vez que nuestra conciencia está asediada. Por último, es bueno recordar que todos estos avances tecnológicos primero fueron imaginados. A propósito del ChatGPT, en 1967, Ítalo Calvino se preguntaba si tendremos alguna vez máquinas capaces de componer poemas, cuentos o novelas; y Gulliver cuenta que vio en la isla de Laputa un artefacto que combinaba palabras y producía libros.
¿Se acerca el fin de la creatividad tal como la conocemos?
En algunos aspectos si, en otros no. La creatividad no ha sido un fenómeno estático, y es claro que se expresa de muchas maneras según los campos de actividad, la cultura o el signo de los tiempos. La velocidad es mayor, sin duda, hoy todo es más rápido, pero algo que surge de una reflexión serena y sostenida, y con perspectiva histórica, es que los fenómenos humanos, en general, están sometidos a la continuidad y al cambio en forma permanente. Algunas cosas cambian, otros permanecen, otras se alejan o vuelven. Nietzsche hablaba del “eterno retorno”, esto es, un tiempo y una historia que están en un incesante hacerse y rehacerse. No creo que haya un fin de la creatividad.
En tu experiencia por el mundo académico y universitario, ¿hay interés en indagar sobre la creatividad y sus efectos? ¿Cómo estimular intelectualmente a nuevos investigadores para que profundicen sobre este tema?
Infortunadamente, en las universidades actuales se busca trasmitir un “saber hacer”, y no tanto el desarrollo del pensamiento o enfatizar el carácter formativo de la universidad. Sea por simple pereza o por razones más profundas, muchos académicos no son capaces de comprender la diferencia entre aprender y estudiar, o entre capacitar a un estudiante y darle una formación. Un atajo tiene un magnetismo especial, comparado con el camino largo, pero a veces la prisa no es la más fértil. En los tiempos que corren, la tarea educativa fundamental no puede ser el simple aprendizaje de unos procedimientos, unas técnicas o unos métodos. La heurística siempre será superior al algoritmo. Necesitamos, sin perjuicio de lo anterior, ayudar a cada estudiante a construir una conciencia de sí mismo y de su entorno, a poner en acto sus disposiciones y habilidades de pensamiento, a descubrir sus capacidades y un sentido de la ética. El cuidado de sí y el cuidado del mundo, más que una racionalidad instrumental. Creo, en efecto, que el interés por la creatividad no tiene la centralidad que debería tener, aun cuando tenemos a disposición todos los elementos conceptuales y teóricos para hacerlo.
Si tuvieras que recomendar cinco títulos (de ficción o no ficción) que potencian la creatividad en momentos de crisis, ¿cuáles serían?
Entendido que ningún libro es el mismo para cualquier lector, y que muchísimos libros quedarán fuera, este son mis títulos: Metamorfosis (Ovidio); Etimologías para sobrevivir al caos (Andrea Marcolongo); Pequeño tratado de las grandes virtudes (André Comte-Sponville); El libro de las preguntas (Pablo Neruda); Decadencia (Michel Onfray); Centésimas. Décimas numerativas (Violeta Parra); El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Márquez); El infinito en un junco (Irene Vallejos);… al final fueron más de cinco.
Finalmente, ¿las preguntas formuladas en esta entrevista fueron suficientemente creativas?
¡Por cierto…!!!
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